Ante la multitud congregada por el 1 de Mayo en la Plaza Bolívar de Bogotá, Gustavo Petro hizo un sorpresivo anuncio: "Aquí delante de ustedes, el Gobierno del cambio, el presidente de la república, informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel (...) por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida", expresó el mandatario. El canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, reconoció un día después que la decisión llevaba tiempo estudiándose.
Petro atraviesa un bajo momento de popularidad, tras las protestas multitudinarias contra su Gobierno el pasado 21 de abril. Su Gobierno lleva meses sufriendo duros reveses y el diálogo con el ELN está estancado. "Él se vio con una Plaza Bolívar llena de gente, y Gustavo Petro es una persona muy emocional, toma decisiones con las vísceras”, dice a DW Tania Rodríguez, doctora en Paz, Conflictos y Democracia, y profesora en la Universidad de Sofia.
Las hostilidades de Petro arreciaron tras los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre, lo que generó reacciones del Gobierno de Netanyahu, que decidió suspender "las exportaciones de seguridad” a Colombia.
Para la experta, la actitud del presidente colombiano va más allá de la crítica legítima a la política del Gobierno de Israel: "Cuando Petro utiliza la retórica de llamar nazis y genocidas a los israelíes, está traspasando unas fronteras, ahí estamos hablando de odio al Estado de Israel. Tiene una connotación antisemita”.
"El tema de Israel no es algo que le vaya a dar muchos puntos en su popularidad”, dice a DW, por su parte, Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia. "Al contrario, las relaciones con Israel son apreciadas acá en Colombia por los grupos de izquierda”. Además, Peckel destaca que, con esta decisión, "Colombia se margina a sí mismo de la posibilidad de tener comunicación con el Gobierno de Israel en el caso del tema principal de la agenda de Petro, que es la paz”.
Para Manuel Rayran Cortés, docente experto en relaciones internacionales de la Universidad Externado de Colombia, el asunto contribuirá a "caldear la polarización” existente en el país, con fuertes críticas de la oposición a la decisión de Petro.
Según el análisis de Rayran Cortés, "Colombia, con esta decisión, se incorpora de manera progresiva a los países del Sur Global en tomar acciones, más que discursos diplomáticos, para generar presión a Israel. Esta postura se articula con lo que hizo Sudáfrica ante la CIJ”.
Colombia se convierte en el primer país de América Latina en romper relaciones con Israel. Bolivia rompió el 31 de octubre de 2023 unas relaciones que en realidad no tenía, ya que estaban disueltas desde la época de Evo Morales.
"Los presidentes de izquierda de la región han sido mucho más cautos: Boric, Lula, AMLO, consideran que romper relaciones les quita la posibilidad de tener un canal de comunicación con el Estado de Israel”, destaca Marcos Peckel. Agrega que, tras llamar a su embajador a consultas, "no era necesario romper las relaciones”.
Por otra parte, habrá que ver cómo reacciona Estados Unidos, fuerte apoyo de Israel que cuenta, al mismo tiempo, con Colombia como aliado en temas clave como la lucha contra las drogas, la migración y Venezuela.
La cooperación militar es uno de los factores claves en la relación entre Colombia e Israel. Sus respectivos ejércitos han llevado a cabo de forma conjunta ejercicios de entrenamiento para reforzar técnicas de combate y antiterrorismo. Además, Colombia ha comprado a la industria militar de Israel una parte importante del material bélico para equipar a sus fuerzas militares.
Por otro lado, "Colombia ha adquirido la licencia para producir armamento israelí para su venta en América Latina”, dice a DW Rayran Cortés. Advierte que no se conoce aún hasta qué punto se va a materializar la ruptura de relaciones y si va a tener un impacto en la colaboración militar o en el tratado de libre comercio que mantienen ambos países. El docente explica que Israel no es un inversor directo extranjero importante en el país, y que Colombia exporta a Israel más de lo que importa.
A falta de mayor concreción sobre los efectos prácticos de la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, Marcos Peckel destaca que el comunicado de la cancillería "mantiene la posibilidad de mantener relaciones consulares para atender a los miles de colombianos que viven en Israel y a los israelíes que viven en Colombia”. Pero, para la comunidad judía en Colombia, no tener la embajada de Israel supone "una enorme tristeza, un sentimiento de zozobra, de incertidumbre, de no tener a alguien que es parte de la identidad judía hoy, que es el Estado de Israel". (ers)
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